También es importante decir que los Olmecas fueron los primeros en utilizar la piedra para hacer esculturas y fue utilizada en la arquitectura. La escultura monumental pertenece al ámbito de los centros ceremoniales. El pueblo Olmeca no sólo extendió su poderío territorial, también influyó de manera importante a las culturas del México precolombino que habrían de surgir de sus propias ramas.

El mayor legado del pueblo Olmeca a la humanidad ha sido sus inigualables esculturas en especial las ceremoniales como las famosas tres cabezas colosales de Tres Zapotes y La Venta que alcanzan 3m de altura por 3m de ancho con un peso total de 65 ton.

 

 

Las esculturas fueron talladas en una sola pieza completa de roca basáltica. Se han encontrado 16 esculturas que posiblemente representen hombres o niños destacados en la sociedad Olmeca, las características de estas esculturas son que tienen nariz achatada, labios gruesos, pómulos exageradamente pronunciados, la cabeza cubierta con una especie de casco circular adornado con labrados.

Los antropólogos han calculado que las esculturas fueron realizadas en un lapso no mayor de 300 años por grupos de escultores que aplicaron el mismo criterio en los diseños.

Existe una escultura que hace referencia al misterio de la religión Olmeca: el dios jaguar en coito con una mujer. Los historiadores están de acuerdo con que el origen de la raza humana desde la perspectiva Olmeca es fundado en el dios jaguar creador de una raza de titanes en estrecha relación con la mujer terrena. O bien, otra hipótesis es que las cabezas representan sacerdotes deificados antes de morir, ya que ninguna escultura tiene un rostro parecido, todas son diferentes. Así los sacerdotes divinizados representan a los titanes engendrados por el dios jaguar que gobernaba teocráticamente todas las ciudades Olmecas a lo largo de toda la historia de esta pueblo.

Por otra parte, la cerámica Olmeca se caracteriza por vasos escultóricos cilíndricos, platos de fondo plano, ollas globulares de cuello recto. Algunas piezas son macizas y moldeadas a mano en arcilla blanca como la que representa los rasgos faciales del niño jaguar.

Los altares son composiciones iconográficas labradas sobre bloques paralelepípedos de piedra y en sus lados aparece un nicho con una figura antropomorfa. También los Olmecas se consagraron a esculpir las estelas, que son bloques alargados tallados por un lado por personajes de alto rango.