El águila real, protagonista del Escudo y Bandera Nacional Mexicanos

 

Así como en diversas culturas del mundo el águila significó iluminación, luz que desciende del cielo, inteligencia, valentía, y energía vital, entre los mexicas, esta ave representaba la muerte sagrada que mantiene la vida en el Universo. El águila real es uno de los elementos más importantes de la cosmogonía mexica; su vuelo majestuoso, su serenidad en el vuelo y su sagacidad en la caza la convirtieron en el símbolo del guerrero mexica.

 

El Códice Mendoza rescata una de las más bellas representaciones del águila real posada en un nopal y en el centro de una cruz que señala los cuatro rumbos del cosmos. Muy posiblemente esta imagen también inspiró la construcción de Tenochtitlán, con sus cuatro sectores, Iztapalapa, Cuepopan, Moyotlan, Zoquiapan y Atzacualco, según escribe la historiadora Mercedes de la Garza.

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De acuerdo con el autor José Ramón González Chávez, en el Nahuatlatoli (lenguaje esotérico de los mexicas), el águila real que aparece en el Escudo Nacional, “no devora a la serpiente, lucha con ella, están en igualdad de fuerzas y por tanto en las mismas posibilidades de vencer. Es el símbolo de la victoria por la lucha de los contrapuestos, del ser (Yang) y del espíritu (Yin) que en lucha permanente genera y mantiene la vida en movimiento perpetuo”.

 

De la Garza detalla algunas de sus más asombrosas características: “con las alas desplegadas él águila real mide más de dos metros, y una longitud de pico a cola entre los 80 y 90 cm. Se desplaza en círculos, planeando y remontándose hasta alcanzar grandes alturas. Su vuelo normal es entre 65 y 90 km por hora, pero puede lograr una velocidad de 200 km por hora en picada, cuando va en pos de una presa, cuando juega y en sus vuelos de cortejo”.

 

Aunque cada vez es más difícil verla en vuelo libre, el águila real o águila dorada se encuentra en montañas, cañadas y praderas, desde Baja California, Sonora y Nuevo León hasta Hidalgo y Michoacán.