Benito Juárez es, sin duda, uno de los personajes más importantes y recordados en la historia de México. Cada 21 de marzo se recuerda el aniversario de su nacimiento y en cada escuela primaria del país, se conmemora a este hombre que consolidó el país en una República.
De origen indígena, Benito Pablo Juárez García, nació en 1806 en un pueblo de Oaxaca llamado San Pablo Guelatao en medio de la zona serrana de Ixtlán. Sus padres, humildes campesinos zapotecas murieron cuando él apenas tenía tres años, por lo que sus abuelos cuidaron de él gran parte de su niñez.
Desde pequeño supo que para sobresalir debía, aprender el castellano y luego ingresar a la escuela, por lo que aprendió a leer y escribir hasta los 12 años. En 1818 emigró por medios propios a la ciudad de Oaxaca en busca de fortuna. Ingresó a la escuela, pero sufrió de una constante discriminación debido a su condición indígena, además de que su poco castellano no ayudó mucho.
Gracias a una gran voluntad y pese a no comulgar con las ideas religiosas de aquellos tiempos, decidió inscribirse en el seminario de la ciudad para aprovechar la instrucción que ahí se otorgaba a personas que hablaban alguna lengua indígena. Tomó lecciones de latín, filosofía y teología, sin embargo, estaba convencido de que el sacerdocio no era su vocación.