Tras una serie de discusiones con su principal mentor, Antonio Salanueva, quien desde su llegada a Oaxaca lo apoyó en todos sus estudios, dejó el seminario y decidió estudiar la carrera de Leyes en el Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca. Como estudiante de leyes, aprendió francés, inglés y dominó el latín.
Fue un gran estudiante del Derecho Civil y el Derecho Canónico y tuvo gran reconocimiento por parte de sus profesores y compañeros; a tal grado, que fue nombrado Rector del Instituto en 1831, profesando ideas liberales y defendiendo abiertamente las comunidades indígenas de la región.
Debido a su brillante trayectoria como estudiante, fue nombrado regidor del ayuntamiento de Oaxaca en 1932, ministro suplente de la Corte de Justicia del estado y un año más tarde diputado local. A lo largo de los siguientes años, su carrera política ascendió constantemente desempeñando diversos cargos como Juez de lo Civil, secretario general de gobierno y fiscal del Tribunal de Justicia entre otros más, hasta que finalmente llegó a ser gobernador interino del estado de Oaxaca en 1847.