Don Luis de Velasco II

Don Luis de Velasco II fue el octavo y décimo Virrey de México. Gobernó de 1589 a 1595 y de 1607 a 1611. Se significó por su amor a los indígenas, su honestidad, su elevado sentido de la justicia y de la caridad. Plantó lo que es hoy la Alameda Central de México; fundó la ciudad de San Luis de la Paz; aumentó el patrimonio del Hospital Real; inició la construcción de obras del desagüe de Nochistongo; construyó el Hospital de San Lázaro; ordenó que los indígenas que se ocupaban de las obras públicas recibieran buen trato y salario justo y, para proteger a los indígenas tuvo que afrontar poderosas enemistades que jamás lograron intimidarlo y hacerlo variar de conducta.

 

Don Juan Palafox y Mendoza

Don Juan Palafox y Mendoza fue el octavo Virrey, gobernó de junio a noviembre de 1642. Al cesar sus funciones de Virrey, renunció también al Arzobispado de México y volvió a su Obispado de Puebla, en donde terminó la construcción de la Catedral. 

Estableció escuelas, bibliotecas y hospitales. Al reglamentar las órdenes religiosas, lo que hizo sostener dura controversia con los jesuita, pero fue apoyado por la Santa Sede que condenó la actitud de los jesuitas. Fue nombrado Obispo de Osuna, España, donde al igual que lo hizo en Puebla, visitaba enfermos y pobres ofreciéndoles consuelo y ayuda. Falleció en 1659 rodeado de sus pobres. Fue beatificado en 1767.

 

Don Antonio Sebastián de Toledo

Don Antonio Sebastián de Toledo fue el vigésimo quinto Virrey, gobernó de 1664 a 1673. En su tiempo se dedicó la Catedral de México. Fortificó las costas contra los piratas que infestaban el Golfo de México, las órdenes religiosas reñían entre ellas; los políticos conspiraban; no había dinero en el gobierno. Sin embargo salió adelante. 

Puede considerarse su carácter por la prohibición que hizo de que fueran concedidos empleos a recomendados del Virrey de la Audiencia. Prohibió que los indígenas fueran esclavos y ordenó se les agrupara en Congregaciones y se les dotase de tierras y por diez años estuvieran exentos de pagos de tributos. Trato por todos los medios hacer menos penosa la situación de los esclavos negros.