Pero se sabe que los Zapotecas no eran un pueblo bélico, sino pacífico y dedicado a las ceremonias religiosas y a la práctica de las artes; sin embargo como recibían constantes agresiones y malas intenciones de aztecas, olmecas, Mixtecas y finalmente de los españoles por penetrar sus tierras, comenzaron a reclutar varones Zapotecas de diferentes edades para que defendieran sus ciudades y hogares.

 

En lo que respecta al gobierno, los Zapotecas tenían reyes que ejercían la soberanía exterior y sacerdotes que estaban ligados a la divinidad que hacían las veces de jueces supremos al interior del reino. El gobierno Zapoteca en apariencia se regía por un estado monárquico, pero en realidad era regido por leyes teocráticas.

 

Mural de Arturo Garcia Bustos  en el Palacio de Gobierno Oaxaca

Mural de Arturo Garcia Bustos en el Palacio de Gobierno Oaxaca

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El sumo sacerdote guardaba celibato y se recluía siempre en su palacio, pero su sucesor era engendrado por él mismo con la hija de algún caudillo sobresaliente. Pero otra posible sucesión del sumo sacerdote era que duraba cuatro años y después era relevado para formar parte del Consejo del reino Zapoteca.

 

En resumen los Zapotecas eran pacíficos, religiosos, unidos en familias y dedicados a producir arte en sus telas, cerámica, féretros etc., pero se vieron obligados a luchar para defender su imperio.